
El síndrome del ocaso, también conocido como síndrome crepuscular, síndrome vespertino o sundowning, se refiere a los casos de inquietud y ansiedad que presentan las personas con demencia cuando cae el sol y se presenta el ocaso. Este síndrome es uno de los más frecuentes en la población y medicina geriátrica.
De acuerdo con la Revista Nuevo Hospital del Complejo Asistencial de Zamora, el sundowning es descrito como un episodio adverso psicológico-conductual, el cual tiene mayor prevalencia en pacientes con enfermedad de Alzheimer. El síndrome del ocaso incluye diversas alteraciones en el organismo, principalmente del tipo emocional, conductual y cognoscitivo.
¿Qué efectos tiene en el adulto mayor?
Entre los principales efectos, síntomas y características clínicas que tiene el síndrome del ocaso en el adulto mayor se encuentran:
- Alteraciones en el comportamiento, principalmente en la actividad motora. Es común que los pacientes presenten inquietud y agitación.
- Alucinaciones.
- Aumento de actividad nocturna que desemboca en insomnio o estado de somnolencia diurna.
- Conductas deambulatorias.
- Desarrollo de expresiones inapropiadas como discusiones animadas, maldiciones, musitaciones, gritos y vociferaciones.
- Estados de confusión y desorientación.
- Pensamiento paranoico.
De manera general, el sundowning crea episodios psicológico-conductuales que ocasiona que los pacientes se encuentren más agitados, inquietos y agresivos durante la noche.
Causas del Síndrome del ocaso
Los estresores de tipo psicosocial, así como los cambios ambientales, forman parte de los principales causantes del sundowning, tales como:
- Cambio de cuidadores.
- Modificaciones en el hogar o instituto.
- Interrupciones durante la noche.
Asimismo, existen patologías o estados médicos desfavorables que coadyuvan en el desarrollo de este síndrome, entre las que se encuentran:
- Dolor general.
- Incontinencia urinaria.
- Apnea del sueño.
- Infecciones.
- Desórdenes perceptivos.
- Desórdenes auditivos.
- Trastorno depresivo.
- Psicosis severa.
Otro de los principales causantes del síndrome del ocaso es la polifarmacia, el cual se entiende como un estado en el que los pacientes utilizan cinco o más fármacos simultáneamente. Este tipo de estado conduce a diversos efectos colaterales que pueden dañar el organismo y la salud mental del paciente.
La Revista Nuevo Hospital indica que hay otros factores que pueden contribuir al sundowning que, aunque no los presentan la mayoría de los pacientes, es importante tenerlos en cuenta:
- Agotamiento mental y físico al final del día.
- Alteración en el “reloj interno del cuerpo”, haciendo que exista una confusión biológica entre el día y la noche.
- Reducción de iluminación y aumento de sombras.
- Desorientación.
- Menor necesidad de dormir.
- Frustración de cuidadores que están agotados.
El síndrome del ocaso no es un trastorno limitado a las demencias, ya que habitualmente se encuentra ligado a un estado de depresión estacional, principalmente en los meses que transcurren de otoño a invierno, que es cuando se adelanta la caída de la noche, lo que muchas veces genera sentimientos de irritabilidad, ansiedad, tristeza y pesimismo.
¿Cómo evitar el sundowning o síndrome del ocaso?
De acuerdo con diversos estudios clínicos, el síndrome del ocaso es a menudo la principal razón por la que los pacientes geriátricos deben institucionalizarse. A fin de evitar o minimizar el síndrome, es importante llevar a cabo medidas descritas por profesionales para evitar el desarrollo de este trastorno, tales como:
- Procurar tener buena iluminación en el hogar durante la noche.
- Exponer al paciente, de preferencia, a la luz natural entre las seis y nueve de la mañana. En caso de no contar con luz natural, puede emplearse luz artificial.
- Mitigar los ruidos de la televisión y radio durante períodos de vigilia.
- Estimular las sensaciones de bienestar mediante objetos cotidianos o de valor sentimental (fotos de seres queridos o algún regalo)
- Establecimiento de horarios fijos para crear rutinas.
- Planeación de días activos.
- Evitar siestas y planear actividades durante la mañana o durante la primera hora de la tarde.
- Ejercitarse diariamente, evitando que sea cuatro horas antes de acostarse.
- Si se ha indicado algún fármaco, tomarlo siempre a la misma hora.
- Evitar la restricción física (salvo en casos extremos o particulares)
- Evitar alimentos estimulantes que inhiban la capacidad de dormir (azúcar, alcohol, cafeína, nicotina)
- Mantenerse hidratado.
- Tener una dieta equilibrada y rica en vitaminas y minerales.
Eventualmente, no se descarta la posibilidad de indicar tratamientos farmacológicos cuando el trastorno se encuentre más avanzado. Sin embargo, siempre es necesaria la valoración clínica de profesionales y especialistas. Cabe destacar que los comportamientos “alarmantes” del síndrome del ocaso se presentan cuando el paciente pierde la función cognoscitiva, por lo que es importante llevar a cabo revisiones periódicas.