Ver bien es algo que damos por sentado… hasta que empieza a fallar. En adultos mayores, una de las causas silenciosas más comunes de pérdida de visión es el glaucoma, una enfermedad progresiva que daña el nervio óptico y puede llevar a la ceguera si no se trata a tiempo.
Lo más preocupante es que suele avanzar sin síntomas evidentes. Por eso, entender qué lo provoca, cómo se detecta y si puede tratarse con cirugía es clave para proteger la visión en la vejez.
El glaucoma es una enfermedad ocular que ocurre cuando el líquido intraocular no drena adecuadamente, lo que provoca un aumento en la presión dentro del ojo. Con el tiempo, esta presión elevada daña el nervio óptico, el encargado de transmitir las señales visuales al cerebro.
Dependiendo del tipo, el daño puede ser lento y silencioso o repentino y doloroso.
Los más frecuentes en adultos mayores son:
Las causas del glaucoma pueden ser múltiples, pero los principales factores de riesgo en personas mayores son:
Muchas de estas condiciones también están presentes en otros problemas crónicos. Por eso, un abordaje integral, como el que se sugiere en los cuidados del adulto mayor en el hogar, puede ayudar a detectar signos tempranos.
En sus primeras etapas, el glaucoma de ángulo abierto no produce síntomas. Cuando la persona se da cuenta, ya ha habido daño significativo.
Síntomas que pueden aparecer:
Por eso se le conoce como el ladrón silencioso de la visión.
El diagnóstico debe hacerse por un oftalmólogo, e incluye:
Se recomienda hacer revisiones visuales al menos una vez al año a partir de los 60 años, incluso si no hay molestias.
Aunque no tiene cura, el glaucoma sí puede controlarse si se detecta a tiempo. Las opciones incluyen:
Además, muchas personas mayores se desaniman al depender de gotas diarias. En este caso, el cuidado afectivo en la vejez puede marcar la diferencia, ya que mejora la adherencia al tratamiento a través del acompañamiento emocional.
Sí, el glaucoma es operable, aunque la cirugía se suele recomendar solo cuando el tratamiento con medicamentos y láser no es suficiente.
Tipos de cirugía más frecuentes:
La cirugía no recupera la visión ya perdida, pero puede detener el avance de la enfermedad y conservar la visión funcional restante.
Después del diagnóstico (y especialmente tras una cirugía), es esencial mantener ciertos cuidados:
Si el tratamiento interfiere con su rutina o se detecta resistencia, puede ser útil acudir a una agencia de cuidadores para adultos mayores para reforzar la atención sin desgastar a la familia.
Ignorar el glaucoma puede provocar:
Esto puede derivar en estados de desmotivación. Aquí, la autoestima en el adulto mayor se convierte en una prioridad terapéutica, pues muchos pacientes sienten que “ya no sirven” al perder visión, lo que se puede prevenir con acompañamiento adecuado.
El glaucoma de ángulo abierto no duele. El de ángulo cerrado sí puede causar dolor ocular agudo.
No se puede prevenir, pero sí se puede detectar temprano con revisiones oftalmológicas anuales.
No. La cirugía frena la progresión, pero no cura la enfermedad ni recupera la visión perdida.
Sí, hay un componente genético. Si un familiar cercano lo padece, el riesgo es mayor.
Sí, salvo que se sustituya por cirugía. Interrumpirlas puede empeorar la enfermedad.
Somos especialistas en el cuidado de adultos mayores en el hogar.
Nuestro equipo se enfoca en atender totalmente las necesidades de tu ser querido.
Trabaja con nosotros
Si quieres formar parte de nuestro equipo de trabajo, mándanos tu curriculum a info@pazmental.mx o bien dirígete a nuestra bolsa de trabajo.